Para llevar una vida saludable es de vital importancia etiquetado de los productos, de cómo entenderlo e interpretarlo.
Siempre estamos pensando qué comer y qué no, si está “permitido” o “prohibido” y después vamos al supermercado compramos los productos de siempre y no miramos su etiqueta. La pregunta de… “¿Y eso por qué lo compras?” “No sé… en casa siempre lo hemos comprado”. La mayoría de veces esa es la respuesta sincera. Y es que no nos paramos a pensar en muchas ocasiones qué es lo que vamos a comprar y por qué escogemos esos cereales de entre todos los que hay. Y esto ocurre por 2 motivos principalmente:
La opción 1 ya tiene solución, hoy nos lo estamos planteando. La opción 2 vamos a intentar ponerle solución en este artículo para conocer algunos conceptos básicos que nos ayuden a interpretar las etiquetas. INFORMACIÓN OBLIGATORIA
Eso significa que únicamente el 56% del producto es harina y que el ingrediente que le sigue en cantidad es el azúcar. Si nos interesa ese producto con esa distribución de ingredientes lo podremos echar a la cesta, si no, será mejor volver a dejarlo en la estantería (y creedme, esta opción será la mejor opción).
El resto de productos sí que deben llevar una de esas dos fechas. ¿Sabes la diferencia? Si la respuesta es que no, no te preocupes que ahora lo explico. Lo que pasa muchas veces es que tiramos comida porque vemos la fecha y pensamos “puff ya se me ha hecho malo” y no nos damos cuenta si pone “fecha de consumo preferente…” o “fecha de caducidad” puesto que si es el primer caso no hace falta tirarlo, así que vamos a aprender un poquito la diferencia.
Dicho esto podemos continuar con un tema que quizás nos parezca más interesante como es la información nutricional indicada en las etiquetas.
Algo que debemos tener en cuenta es la porción consumida o ración de un producto. NO podemos basar nuestra interpretación en los datos por porción o ración puesto que el fabricante es el que estima que sería una “ración” de dicho producto pero eso no significa que nosotros consumamos esa cantidad de producto. Muchas veces nos quedamos por debajo y muchas otras la superamos por lo que realmente consumimos más. SIEMPRE nos tenemos que fijar en lo que indica los 100 gramos, así, si miramos otros productos realmente SÍ podremos compararlos puesto que estamos comparando el mismo peso. Si queremos reducir la densidad calórica de nuestra alimentación el producto no debería tener más de 200kcal por cada 100g de producto. Por lo tanto debemos mirar el valor energético (kcal) del producto por cada 100g. Pero ¡ojo! no debemos quedarnos ahí, tenemos que mirar de dónde vienen esas kcal. ¿Son de azúcar? ¿De grasa? ¿de carbohidratos complejos? Eso es realmente importante, incluso más que las kcal que tenga un producto. Para saber de dónde vienen esas kcal debemos fijarnos en la cantidad en gramos de cada macronutriente (hidratos de carbono, proteína y grasas).
De todo lo dicho, realmente ¿qué es lo práctico? ¿Llego al super y al final que miro? ¿Tengo que hacerlo siempre que voy a comprar? Resumiendo… Esto nos va a ayudar sobre todo cuando queramos comparar productos. Por ejemplo, ¿podemos poner cereales en el desayuno? Por supuesto que podemos. ¿Cualquiera sirve? NO! Tenemos la suerte de vivir donde vivimos y de tener una variedad de productos brutal y esto es buenísimo pero a veces no lo es tanto. Dentro de toda esta enorme variedad hay malas opciones y también muy buenas. Por lo tanto, vamos al supermercado y miramos los cereales ¿qué miro? ¿Con cual me quedo? Me quedaré con aquellos cereales que menos Kcal por 100g tenga, menos azúcar, menos grasa saturada, más fibra y fijándome en los ingredientes aquél que tenga el porcentaje de cereal más alto y a ser posible que indique que es integral. Respecto a hacerlo siempre, no hace falta. Una vez comparamos los productos una vez ya sabemos cuáles son los mejores y cada vez que vayamos a comprar ya sabemos cuáles. En nuestro Taller de Etiquetado nutricional os llevaremos a Mercadona para llevar toda esta teoría a la práctica y que nuestra Nutricionista Cristina Collado os enseñe a cómo leer e interpretar en cada sección del súper. También puede interesarte nuestro post de cómo hacer la compra saludable. Lo que se compra es lo que luego se come en casa.
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Autores:Beatriz de la Fuente Archivos
Enero 2018
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