Te levantas una mañana y te das cuenta de que llevas meses sin hacer ejercicio, así que decides buscar un gimnasio carca de casa o del trabajo. Durante la primera semana madrugas como no lo has hecho en mucho tiempo y, antes de ir a trabajar pasas por el gimnasio. Las agujetas te están matando, pero aún así logras ir varios días de esa semana.
Con el paso del tiempo, la ilusión y el entusiasmo se pierden. Y entonces llega ese día en el que te levantas más tarde y te das cuenta de que no te da tiempo de ir a hacer ejercicio antes de trabajar, y piensas: “voy al salir del trabajo”. Pero, al acabar la jornada, el cansancio puede contigo y te vas a casa. Desde ese momento empiezas a encadenar días como este, hasta que llega el punto en el que -a pesar de estar pagando una cuota mensual- dejas el gimnasio definitivamente. Pero, existe una forma de acabar con las excusas del tipo “no tengo tiempo, mañana iré” y evitar que este escenario ocurra. La Terapia de Aceptación y Compromiso se trata de un tipo de terapia conductual basada en mindfulness o consciencia plena, que desafía las reglas básicas de la psicología occidental y que intenta desarrollar nuestra agilidad emocional. Es aplicable en todos los ámbitos de la vida, desde los negocios hasta, como en este caso, conseguir ponernos en forma. Por ello, puede ser la clave para ayudarte tanto conseguir vencer a la pereza de ir cada día al gimnasio, como cualquier cosa que te propongas. Se centra en hacernos conscientes de nuestra fusión con nuestros pensamientos, experimentar el momento presente y ser eficaces a la hora de avanzar hacia nuestras metas. La idea es que la vida puede ser dolorosa, y los intentos de reducir el dolor a través del control y la evitación solo dan lugar a un sufrimiento más superficial, pero al mismo tiempo, alejado de nuestros objetivos a largo plazo. Es una combinación de técnicas de pensamiento y estrategias de cambio de comportamiento que ayudan a centrarse en lo que es importante para ti. La Terapia de Aceptación y Compromiso es una combinación de técnicas de pensamiento y estrategias de cambio de comportamiento que ayudan a centrarse en lo que es importante para uno mismo. Su función final es que la persona acepte todos los estados emocionales que su cuerpo necesita sentir, a fin de integrar todas las vivencias necesarias para llegar a construir una vida rica y con sentido. Cuando una persona quiere mejorar su estado de salud física yendo al gimnasio, podemos acercarnos a ese objetivo potenciando la motivación, el compromiso y trabajar las resistencias al cambio como la falta de tiempo, la pereza y las dudas en relación a la verdadera eficacia de la elección. Elabora un plan. La mejor forma de conseguir hacer ejercicio regularmente es planificando una cita contigo mismo. Consulta tu agenda, elige dos o más momentos en los que puedas ir a hacer deporte la semana que viene y apúntalos en la agenda. Todos los domingos dedico 10 minutos a planificar 3 citas conmigo misma y el gimnasio. Cuando más me gusta hacer deporte es por la mañana temprano, así tengo energía durante todo el día y empiezo mi jornada laboral sabiendo que ya he hecho mi entrenamiento de ese día. ¡Es una sensación muy agradable! Prepara la bolsa. Se tarda un ratito pero cuando tienes en la bolsa todo lo necesario para los entrenamientos de la semana siguiente, ya no puedes olvidarte. Tengo una bolsa de deporte grande y los domingos la preparo para toda la semana. Entreno 3 veces así que meto 3 juegos de ropa de deporte y 2 bolsas de plástico. Al principio de la semana voy cargando con una bolsa llena pero tengo todo lo necesario para poder entrenar a gusto toda esa semana. Después de ducharme meto lo mojado en una de las bolsas de plástico y me la llevo a casa por la tarde, mientras que mi bolsa de deporte se queda en el coche para el siguiente entrenamiento de esa semana. Piensa lo que vas a hacer. Lo más importante cuando empiezas a hacer deporte es que elijas un entrenamiento que te guste. Una vez hayas cogido el ritmo de hacer deporte, puedes buscar un programa de entrenamiento equilibrado. ¡Solo empezar ya marca la diferencia! Y si haces algo que te agrada, perseverarás más tiempo que si haces algo que no te gusta nada. ¿Suena lógico verdad? Si te gusta correr, móntate en la cinta. Si te gusta montar en bici, asiste a una clase de ciclismo virtual. Si te gustan los entrenamientos de fuerza, ¡coge las pesas! Asegúrate de que es algo que te agrada y así seguro que podrás motivarte para continuar. A veces, cuando no tengo tiempo o ganas de pensar lo que voy a hacer, busco un programa de entrenamiento en Internet o en una revista. Basic-Fit también tiene diversos programas de entrenamiento disponibles que pueden ayudarte en tu objetivo e indicarte el camino para las primeras cuatro semanas. O encuentra un plan de entrenamiento en nuestra App. Haz un seguimiento de tu progreso. Cuando vamos a hacer deporte, esperamos un resultado inmediato. Por desgracia nuestro cuerpo no funciona así, es importante que observes y celebres tus pequeños cambios y éxitos. Puedes utilizar dos sencillos instrumentos de medición para llevar un seguimiento de tus pequeños cambios: mide tu peso subiéndote a una báscula y utiliza un metro o fotos de ti mismo para advertir los cambios. ¡Diviértete! No hay una forma buena o mala de empezar. ¡Has empezado y eso es lo que cuenta! Mira el gimnasio como un gran patio de juegos, aprende a conocer tu cuerpo, diviértete y dedícate tiempo a ti mismo. Simplemente empieza, haz algo distinto cada vez, haz lo que puedas y te guste y disfruta del proceso.
0 Comentarios
Deja una respuesta. |
Autores:Beatriz de la Fuente Archivos
Enero 2018
Para descargar:
Todos
![]()
![]()
![]()
![]()
![]()
|