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Reto #21D iasSinAzucarAñadido: ¿por qué 21 días sin azúcar añadido?

1/15/2018

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¡Bienvenidos a nuestro Reto #21diasSinAzucarAñadido! Será un placer compartir con vosotros nuestra experiencia de pasar 21 días sin tomar azúcar añadido. Vamos a dar estrategias y alternativas, vamos a explicar el funcionamiento del azúcar en el organismo, cómo lo procesa nuestro cerebro y nuestras hormonas cuando lo consumimos, vamos a daros recetas y opciones saludables,…
en fin, un montón de material  alrededor del azúcar, para que tomes decisiones más conscientes y más sabias en vuestra alimentación. Recordad que la información es poder.
Iremos contándote los progresos por redes sociales también: Facebook, Instagram, Youtube y Twitter.


En qué consiste el reto #21díasSinAzúcarAñadidoLo primero que me gustaría dejar claro es que esto no es una dieta. El reto consiste en tratar de eliminar (en la medida de lo posible) la mayoría de los azúcares añadidos, incluyendo el azúcar invisible de los productos procesados.  ¿Quién se apunta conmigo? Os iré contando día tras día mi experiencia, las dificultades que encuentro y cómo afrontarlas.
Tranquilos, no se trata de eliminar todos los hidratos de carbono. Hablamos de azúcares añadidos. No estamos quitando todos los azúcares de nuestra dieta, sólo aquellos añadidos de forma artificial. Por ejemplo la fruta tiene azúcares presentes de forma natural. La leche también tiene azúcares presentes de forma natural. O el pan… Todos estos alimentos los podemos seguir tomando. Nos referimos a todo ese azúcar que sólo se añade de forma artificial para edulcorar, para mejorar su sabor. Por ejemplo el que llevan galletas, bizcochos, zumos preparados, ketchup, yogures con sabores… el azúcar de las infusiones, el del chocolate, el de la lasaña precocinada… (azúcar invisible).


¿Por qué 21 días?
El Dr. Maltz era cirujano plástico, y se dio cuenta de que sus pacientes tardaban 21 días en habituarse a su nueva imagen tras una operación, o en dejar de sentir un “miembro fantasma” tras una amputación. Sirviéndose de sus observaciones y su propia experiencia, expuso una teoría que tras la publicación de su libro tuvo un enorme impacto. Pero en realidad lo que Maltz dijo es que se tardaba, como mínimo, 21 días en generar un hábito.
Aunque el tiempo real depende de la acción en sí, la persona y la circunstancia. Sea como sea, formar o cambiar un hábito es un proceso que requiere tiempo, y nosotros vamos a comenzar con 21 días y en mi caso, el resto de mi vida. 


¿Cuáles son nuestros objetivos?
Este reto tiene varios objetivos:
  • Ser conscientes de la cantidad de azúcares añadidos que tomamos en el día a día. Te vas a sorprender, créeme.
  • Conseguir llevar durante 21 días una dieta mucho más sana. Lo realmente perjudicial para la salud no son las grasas, sino el azúcar.
  • Conseguir un cambio en el gusto. Aprender cómo es una dieta que no está dominada por los sabores dulces.
  • La idea final es conseguir un cambio de hábitos alimentarios a partir de este momento, aunque sólo sea cambiando algunos alimentos de la dieta.


¿Por qué?
Yo soy una persona que (según creía) comía bastante bien. En casa siempre llevamos una dieta equilibrada: muchas verduras, carne, pescado, legumbres, … En casa de mis padres, mi madre ha cocinado de manera muy saludable, por lo que he adquirido buenos hábitos de alimentación. Nunca hemos sido de refrescos ni de comida precocinada ni de bollería industrial (por suerte, porque son productos que llevan muchísimo azúcar: azúcar invisible).
En mi dieta actual he sido consciente de que hay algunos productos con azúcar añadido que son extras innecesarios, pero por varios motivo, se han asentado en mis hábitos.
Por ejemplo chocolate negro todas las noches. Empecé a comprarlo por el tema del periodo. En esos días me apetecía algo dulce. Pero con el tiempo empecé a introducirlo después de cenar todos los días, hasta que ha llegado un día que lo necesito después de cenar siempre. Si no lo compro yo, lo compra mi chico, y si no, nos bajamos a comprarlo al super o al chino. Al final se ha convertido en un hábito y siempre hay chocolate en casa (aunque sea 80% cacao).
Otro ejemplo son las tortillas de arroz con chocolate como snack para el trabajo (aún sabiendo que no son nada recomendables). Suelo ir una vez al mes a Mercadona, pero es raro el día que no las compro. De Mercadean hay otra cosa que me vuelve loca. Las berlinas de chocolate. Las venden de 8 en 8 por 2€ (imbatibles). Hace dos años que no las compro, así que a día de hoy no me suponen un problema. Pero tengo que reconocer que he tenido un pasado oscuro con esas berlinas.   La mejor estrategia para desengancharme, si no las compro, no las como.
Otro de los problemas que he identificado son las salidas sociales. Con la excusa del trabajo y la sobrecarga semanal, me daba el permiso de tomarme unas cervecitas para relajarme y pasarlo bien con amigos. Todo sea dicho, el ambiente te acompaña (incluso te presiona) para que bebas alcohol. Pero al tenerlo asociado, no hacía falta que nadie bebiera, para que yo me pidiera una cerveza. “Un día es un día”. Además estas reuniones sociales, también van acompañadas de comidas. O dentro de casa o fuera en restaurantes, por lo que siempre comes de más y muchas veces haces excesos en el “trio lalala” como lo llamo yo: en los aperitivos, el pan y los postres. Y si hay niños de por medio, la comida basura es casi una obligación.
Con los puentes, las fiestas y las vacaciones, todo se multiplica. Que lo hagas de manera esporádica, no está mal, incluso es saludable, pero convertirlo en hábito empieza a darte problemas.
¿Consecuencias? en estas ocasiones tenía digestiones muy pesadas, dormía mal, mi energía estaba por los suelos, hinchazón, pero sobretodo, sensación de esclavitud y de necesidad. Sentía que estaba maltratando mi cuerpo. No tengo sobrepeso y mis analíticas están bien, pero quiero cuidarme a partir de ahora SIEMPRE.


Problemas de una dieta con azúcar añadido
En apenas tres décadas se ha pasado de consumir 2,7 kilos de azúcar por persona al año, a 36 kilos… (estoy asustada).
Eso es un montón de calorías vacías. Además, comer demasiada azúcar provoca una liberación de la hormona insulina. Al principio, esto podría darte un buen chute de energía, pero con el tiempo, el metabolismo se vuelve ineficiente y comenzarás a sentirte débil. El exceso de azúcar también puede causar inflamación que, según los médicos tiene un riesgo elevado de desarrollar altos niveles de colesterol malo, presión arterial alta y diabetes.


Beneficios de una dieta libre de azúcar
Los beneficios de la limpieza de azúcar son numerosos. Para empezar, perderás peso, que aunque no es a más importante, a muchas personas les interesa. Tendrás más energía y concentración, te sentirás de mejor humor, menos dolorido y dormirás mejor. Te bajará el colesterol LDL o malo, y te verás menos hinchado. Si sufres de cualquier tipo de condición de la piel como el acné, psoriasis, eczema o dermatitis, tus síntomas, o bien desaparecerán por completo o se reducirán considerablemente.


Efectos secundarios
Eliminar el azúcar de tu dieta, especialmente si has estado comiendo un montón de azúcar, es difícil al principio. Puede que te sientas cansado, casi como si estuvieras luchando contra la gripe, y experimentarás dolores de cabeza. Te estarás desenganchando, así pasarás por un sindrome de abstinencia. Estos síntomas deben pasar después de un par de días a medida que tu cuerpo se adapta a la nueva alimentación. Sin embargo, si te sientes débil, podría ser un signo de resistencia a la insulina o hipoglucemia, así que asegúrate de comer suficientes proteínas y alimentos de bajo índice glicémico, que incluye la mayoría de las frutas y verduras. Mi recomendación es vayas al médico y que te hagan un seguimiento.


¿Cómo hacerlo?
La dieta sin azúcar añadido es bastante simple en teoría. Se quita todo tipo de productos con azúcar de la dieta durante 21 días. Por desgracia, el azúcar, en sus diversas formas, se esconde en muchos de los alimentos que comemos todos los días, por lo que deshacerse de ella no siempre es fácil.
  • Qué alimentos hay que eliminar
Empieza por eliminar el azúcar de tu despensa, principalmente el azúcar blanco, moreno, panela, miel o similar. También todos los refrescos, el alcohol, postres, salsas, productos procesados, precocinados, snacks, bollería industrial, dulces, chucherías y embutido de tu dieta. Lee las etiquetas cuidadosamente. Debes evitar cualquier cosa que contenga azúcar blanca o morena, fructosa, maltosa, sorbitol, jugo de caña evaporado, xilitol y malta de cebada. (todo lo que acabe en -osa).
  • Qué alimentos puedes comer
Come comida de verdad: proteína de calidad, hidratos de lenta absorción sin gluten y grasas saludables. Disfruta de los hidratos de carbono complejos, como frutas y verduras frescas y granos enteros como arroz integral y pasta integral, la avena y legumbres. El yogur natural sin azúcar con un poco de fruta fresca, la stevia también la puedes usar para endulzar algún plato, postre o cafe.


Lo importante, en todo caso, es mentalizarse para el objetivo. Hay que pensar que luchar contra el cáncer es duro. Parir un bebé es duro. Perder un padre es duro. Beber café sin azúcar no lo es, has hecho cosas mucho más difíciles que ésta.
Así que si ya estas preparado y convencido, te esperamos mañana martes día 9 de Enero con el día 1 de nuestro Reto #21DíasSinAzúcarAñadido. ¿EMPEZAMOS? Este va a ser el contenido del reto:


Dia 1: 10 pasos imprescindibles para eliminar el azúcar.
Día 2: adicción al azúcar y consecuencias.
Día 3: desayunos saludables.  Cómo procesa tu cuerpo el azúcar (índice glucémico).
Día 4: el azúcar invisible, así lo ocultan.
Día 5: la atracción por lo dulce.
Día 6: el hambre emocional.
Día 7: cómo leer el etiquetado nutricional.
Día 8: los alimentos integrales.
Día 9: la merienda saludable. Tu hijo no es una excusa.
Día 10: señales que disparan el deseo de dulce (y estrategias para controlarlo).
Día 11: los edulcorantes, la stevia, ¿es el mejor sustituto del azúcar?.
Día 12: el azúcar que nos bebemos. Hidratación y el agua con sabores.
Día 13: postres saludables.
Día 14: el ansia por el dulce (desintoxicación del azúcar).
Día 15: la alimentación pre y post-entreno.
Día 16: las ganas de dulce y el periodo.
Día 17: snacks saludables.
Día 18: el azúcar en los productos infantiles.
Día 19: la publicidad y el márketing de la industria de la alimentación.
Día 20: el chocolate, un sustituto de otros placeres.
Día 21: la presión social.


No os perdáis nada del reto en nuestra nueva web www.metodocomewithme.es
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¿POR QUÉ SI ES COMIDA BASURA SEGUIMOS COMIÉNDOLA?

8/12/2017

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Junk food, ese es el término original que traducido al español significa comida basura o comida chatarra, este último más usado en países de latinoamérica. El término hace referencia básicamente a comidas con muchos azúcares, altos niveles de grasas, de sal y de aditivos. Este es el cóctel molotov que hace que tu organismo sienta adicción por este tipo de comidas que además no aportan ningún tipo de nutrientes a nuestro organismo.

Seguimos consumiéndolas porque crean una adicción en nosotros. Y además por su precio. Si ir a un buen restaurante puede costarte un riñón, ir a un establecimiento de comida rápida y basura aparentemente es mucho más rentable. Y digo aparente porque a largo plazo esa apariencia se vuelve muy perjudicial.

La comida basura se compone básicamente de tres cosas: azúcar, grasas y sal. Cada una provoca algo en nuestro cuerpo y juntas crean que no seamos capaces de resistirnos a una hamburguesa o a un perrito caliente.

Comida basura: qué daños nos provoca
  1. La comida basura puede provocar que nuestro cerebro se desarrolle más lentamente que el de una persona normal. Es muy peligroso si hablamos de menores, ya que se encuentran en plena época de desarrollo y aprendizaje.
  2. La cantidad de conservantes artificiales de la comida también puede provocar problemas como la hiperactividad o la pérdida de control de nuestras emociones.
  3. Al tener tanto azúcar puede producir diabetes de tipo 2. El consumo de una dieta rica en grasas y azúcares provoca cambios en el proceso de la creación de insulina del cuerpo, perjudicando a los riñones que no consiguen equilibrar la cantidad de azúcar ingerida por el organismo. Esto provoca que el cuerpo deje de producir insulina al haberse hecho resistente a ella.
Azúcar:Aunque ya os hice un post sobre el azúcar, no es el único ingrediente de la comida basura y por eso voy a dejaros aquí una simple explicación: el azúcar provoca los mismos efectos que la droga en nuestro cerebro. Se encarga de liberar dopamina, la hormona de la felicidad.
Grasas trans: De estas grasas os hablaré en un próximo post. Estas grasas también producen placer y que sean tan irresistibles parece deberse a que producen en nuestro cuerpo efectos similares a los del cannabis o marihuana. Consumir grasas hace que nuestro cuerpo genere de manera natural endocannabinoides, que podrían generar no sólo euforia, sino también más necesidad de consumir grasas.
Sal:Su funcionamiento es similar al del azúcar: activa el sistema de recompensa cerebral que implica la liberación de dopamina. Es el mismo sistema que sigue la cocaína, cuyo nivel de adicción se asemeja con el de la sal. Según la OMS la cantidad recomendada de sal es de 5 gramos al día, mientras que la ingesta en España es de 9’9 gramos, de acuerdo con los datos proporcionados por la Fundación Española de Nutrición, casi se duplican las recomendaciones sanitarias.

Además de estos ingredientes, en la comida basura destacan los aceites vegetales refinados, de girasol, de maíz, etc. Son aceites que tienen poco valor nutritivo y que nos pueden hacer daño.

Creemos que hay alimentos que son sanos y viceversa y caemos en el error de no saber realmente qué es bueno y saludable y qué no. El pollo es sano, sí, pero el pollo ecológico; el que venden en cualquier supermecado no lo es.

Os animamos a todos a que probéis a dejar el azúcar y notaréis los cambios.
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¿Cómo  saber  si   estás  comiendo   demasiado?

7/31/2017

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Muchas de las personas que intentar bajar de peso no son conscientes de su consumo alimenticio ni de la desproporción entre las calorías que ingieren y lo que gastan de energía, por lo que adelgazar llega a resultar más que imposible.
Si no eres capaz de responder qué significa comer bien o no eres consciente de tus hábitos, aquí te compartimos algunas claves para saber si tu ingesta de alimentos está por encima de lo que debería.
De esta forma, planteamos diez cuestiones con el objetivo de que reconsideres hasta qué punto te alimentas de forma inadecuada.

1. ¿Piensas racionalmente cuando comes alimentos con excesiva grasa?
El autoengaño es uno de los primeros problemas que deben afrontar aquellas personas que no comen adecuadamente e ingieren cantidades innecesarias de alimentos ricos en grasas y carbohidratos. Por ejemplo, en muchas ocasiones, se siente el impulso de comer en cualquier restaurante de comida rápida debido al cansancio y el agotamiento que acompaña al fin de la jornada laboral. Resulta más placentero ingerir algo rápido y poco saludable que esperar a llegar a casa y cocinar algo sano.
La autojustificación es otro problema que favorece el mal hábito de comer alimentos ricos en grasas y carbohidratos, con argumentos tales como “por una vez no pasa nada”, o “sólo hoy, mañana ya empiezo a comer saludable”.

2. ¿Te olvidas de portarte bien?
En ocasiones, nos sentamos a la mesa con la mejor de las intenciones en lo que respecta a lo que vamos y no vamos a ingerir. Sin embargo, en el momento de ordenar o servirnos nosotros mismos los alimentos en el plato, todos esos buenos propósitos se quedan en nada: o nos servimos de más, o dejamos que nuestros ojos sean los que pidan por nosotros.

3. ¿Cuentas con refuerzo positivo suficiente?
Resulta imprescindible ser benévolo con uno mismo y felicitarnos de los logros que vamos alcanzando en lo que respecta a llevar una dieta sana y una vida saludable.

4. ¿Comes demasiado rápido?
El problema de ingerir a una velocidad excesivamente rápida los alimentos recae en que, en la mayoría de veces, no somos conscientes de todas las calorías que hemos ingerido en esa “carrera” que nosotros mismos nos imponemos a la hora de comer y hasta que quedamos satisfechos. Por otro lado, esta actitud provoca que tardemos más en llenarnos, por lo que el consumo de alimentos se ve incrementado.

5. ¿Tratas a la comida como un premio, incluso cuando no tienes hambre?
Los alimentos se convierten para muchas personas en una recompensa; en una forma de premiarnos, sin importar demasiado el motivo. De hecho, esta actitud se repite incluso cuando no sentimos hambre; lo adoptamos como un hábito.
Para evitar este tipo de actos, hay que encontrar otra forma de gratificación que nos cree tanto placer como los alimentos que solemos consumir para premiarnos.

6. ¿Sufres del síndrome de “terminar el plato”?
Si eres una de esas personas incapaz de dejar algo en el plato y, por convicción, te terminas todo lo que en él hayas servido, aún cuando ya estás satisfecho, es importante entender que este es uno de los hábitos más nocivos en el objetivo de llevar una alimentación sana y no comer de más. Par ano malgastar, ni tirar la comida, esta puede guardarse o congelarse para ser ingerida en la próxima comida.
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7. ¿Mantienes alimentos tentadores en casa?
Conocer cuál es esa comida a la que, en ningún caso, podemos decir que no y siempre acaba tentándonos permite poner una solución fácil y efectiva al problema de los atracones: evitar comprarlo y almacenarlo en casa.

8. ¿Eres consciente de tus momentos del día débiles?
Existen momentos del día que nos hacen relajarnos más de la cuenta con la dieta y con el compromiso de comer sano y no permitir que los atracones nos superen. Siendo consciente de cuando es más fácil que nuestras fuerzas decaigan, nos permite estar más alerta e intentar modificar el comportamiento impulsivo de comer.

9. ¿Necesitas el apoyo de los demás?
Si es el caso, hacer participes a las personas queridas que nos rodean de cuál es nuestra situación con la comida y de nuestra intención de llevar un régimen alimenticio sano puede ayudar a obtener esa fuerza extra que necesitamos para comer lo que debemos.

10. ¿Olvidas el motivo por el que quieres perder peso?
Tener en mente el objetivo final de la pérdida de peso o el por qué queremos mantener una dieta saludable puede ayudarnos y motivarnos para alcanzar esa meta final día a día. Eso sí, no hay que desesperar si algún día se falla en el intento.
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Las 10 peores excusas para no hacer deporte(y cómo superarlas)

7/24/2017

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Seguro que más de uno os sentis identificados con alguna de estas excusas. 

1. No tengo tiempo
La reina de las excusas: no hace falta pasarse horas en el gimnasio para ser más activo. Con tandas de 10 minutos, tres veces por día basta para romper con el sedentarismo. Recuerda que caminar es el ejercicio más simple y está al alcance de todos ( aunque en la pérdida de peso no es suficiente).

2. No me gusta hacer ejercicio
Moverse no implica necesariamente correr una maratón o pasarse días en el gimnasio levantando pesas. El ejercicio puede ser divertido: practica un deporte, baila, o convierte la actividad en un encuentro de amigos, cada semana.

3. Llego muy cansado
Piensa otra excusa: ¡moverse mejora el sueño y estimula la vitalidad!. Sí, aunque no lo creas, hacer ejercicio te hará sentir menos cansado, que si no te mueves.

4. La actividad física es para los jóvenes
Falso. La actividad es beneficiosa para todos. Cualquier persona puede mejorar su estado físico. Incluso personas de 90 años practican actividad física y obtienen sus beneficios.

5. Me duele la espalda, o la rodilla, o lo que sea
Si este es tu caso, la cuestión no debería ser si practicar o no ejercicios, sino qué actividades puede realizar. La bicicleta, por ejemplo, requiere menos esfuerzo en las articulaciones y músculos que trotar.
Consulta con un médico o profesional de actividad física para encontrar la mejor opción. No es cierto que “si no duele, los ejercicios no hacen efecto”. El dolor es un aviso del cuerpo para moderar o suspender la actividad.

6. Hacer ejercicio me da mucha hambre y no quiero engordar
Aunque en algunas personas la actividad física despierta el apetito, si comes con inteligencia, el saldo será beneficioso: las calorías gastadas con el ejercicio serán menores que las incorporadas con la comida. 

7. No tengo ropa/zapatillas/equipamiento
Hay actividades que no requieren de una gran inversión para ponerlas en práctica. No necesitas ropa que sea el útlimo grito de la moda ni el calzado más caro del mercado. Basta que sean cómodos y livianos.

8. Soy muy obeso y me da vergüenza moverme
Hacer ejercicio te ayudará a mejorar tu salud y bienestar, es algo de lo que deberías estar orgulloso. Si te cuesta hacer actividad física frente a otros, comienza a hacerlo en casa hasta ganar confianza, o pídele a un amigo que te acompañe. Su presencia hará la experiencia más agradable y con menos preocupaciones.

9. Cuando tenga un día libre, haré más actividad para compensar
De más está decir que muchas veces ese día libre no llega nunca, o cuando llega lo queremos aprovechar de otra manera. Pero más allá de eso, es importante hacer actividad física en forma regular y distribuida durante la semana. Practicar actividad física sólo uno o dos días a la semana en forma intensa o sin estar adecuadamente entrenado puede resultar contraproducente.
No es cierto que usar ropa gruesa o de nylon ayude a adelgazar porque aumenta la transpiración. Lo que se pierde de este modo es agua y no grasa, por lo tanto los kilos se recuperarán pronto.

10. Tengo un problema de salud
Si tienes un problema de salud, es importante que consultes con tu médico. Dependiendo del problema, hay muchas opciones para hacer ejercicio. El movimiento y la actividad física promueven la salud de los tejidos. Por ejemplo:
Tengo artritis y no puedo moverme. La actividad física bien dirigida e indicada para estos casos reduce el dolor y la necesidad de medicación. Es muy importante moverse si usted tiene artritis.
Tengo osteoporosis y tengo miedo de caerme. ¡Error! Moverse aumenta el equilibrio, la fuerza, la coordinación y la flexibilidad. Además fortalece los huesos.
Tengo diabetes. La actividad física forma parte del tratamiento de la diabetes. Aumenta la sensibilidad de las células a la insulina y bajan los niveles de azúcar en sangre. 

Ya lo sabes, hacer ejercicio es tu mejor opción!

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Las  etiquetas  trampa: lo que lees y lo que realmente es.

7/18/2017

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Hay 10 términos confusos que a menudo se utilizan en etiquetas de alimentos. Te desvelamos los trucos más frecuentemente usados por fabricantes y comerciantes, palabras vacías cuya presencia (o incluso ausencia) evoca o sugiere una realidad que no es cierta.
No deberían serlo, pero lo son: las denominaciones de los productos son tramposas, juegan con las palabras, con los adjetivos, con las imágenes, en el nombre o en la descripción del alimento, usan términos que inducen a confusión o bien omiten intencionadamente palabras. El resultado es que el consumidor cree estar comprando y comiendo una cosa… y en realidad es otra diferente.​

Desconfía cuando dicen...
  • Natural. Con ese “apellido” nos hacen creer que el producto es mejor, pero no tiene por qué ser así. En realidad, el término natural solo puede atribuirse al agua mineral natural envasada (la que se obtiene directamente de manantial), al yogur natural (con fermentos e ingredientes lácteos y sin aromas), a los aromas naturales (aditivos de origen vegetal o animal) y a las conservas al natural. En los demás casos, es una exageración. Recientemente OCU ha denunciado productos que usaban ese término sin tener por qué hacerlo.
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  • Casero, artesano…Si lees esto en una etiqueta, piensas que ese producto ha sido elaborado como lo haría cualquiera en su casa, no de una manera “industrial”, pero basta echar un vistazo a la composición, además de saber un poco de los procesos de elaboración, para ver que no es así: ¿Quién usa gelificantes, colorantes o acidulantes para hacer un bizcocho? Te limitas a la harina, el huevo, azúcar, levadura y como mucho limón, ningún aditivo de los que empiezan por E-. También está denunciado.​
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  • Marinado. Piensas en una preparación sofisticada, pero en realidad los productos marinados lo que de verdad llevan es agua añadida, que aparece en el segundo lugar de la lista de ingredientes: descuenta el porcentaje de carne que te indica la etiqueta de un producto "marinado" y verás que lo que queda es agua con aditivos e ingredientes que ayudan a retenerla, además de algunos elementos como especias y aromas para dar sabor.
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  • Producto cárnico. Si pone eso en la etiqueta… lo que estás comprando no es carne, sino un producto que además de la carne puede llevar especias, agua, conservantes, colorantes y otros aditivos e ingredientes.​
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  • Preparado de ... Si lo que buscas es comprar pechuga de pollo, ¿no te parece raro acabar comprando algo que se llama preparado de carne de pollo? O si querías carne picada… ¿porqué comprar “Burger meat”? Las cosas deben llamarse por su nombre. Si no lo hacen, desconfía: lo más probable es que sea porque no son lo que parecen, son algo similar, pero no el producto fresco que buscas. ​
  • Elaborados. Este es un término frecuente en productos pesqueros que se venden frescos, y denota que normalmente lleva agua añadida y algunos aditivos que facilitan que se aclare el color, y se ablande. Recurrir a esto es algo muy habitual, por ejemplo, en pota en anillas, elaborado tipo anillas de calamar.​
  • Extrajugoso o jugoso. ¿Te parece que es un calificativo positivo? No cuando se trata de alimentos preparados: en realidad se suele usar para denominar a un producto (fiambres o jamón normalmente) de una calidad inferior, con menos carne y más agua, de ahí que sea más jugoso.​
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  • Sabor a… La etiqueta de ese yogur, ese postre, ese dulce con “sabor a” lo que está diciendo es que el producto, de ese alimento, no tiene nada más que el sabor:
    • leche sabor a vainilla sin gota de vainilla, pero con aroma de vainillina, 
    • el yogur sabor a fresa, con aroma y sabor a fresa, sin ni siquiera un 1% de fruta.
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  • Néctar. Esta palabra suena a algo exquisito, selecto… pero en realidad es un zumo diluido con agua, al que se añaden azúcar o edulcorantes y aromas para compensar el sabor que piede al diluirse. Si vas a comprar zumo natural, asegúrate de que lo haces, y no escoges néctar o zumo a base de concentrado.

  • 100% carne de… El truco del porcentaje: en el envase pone bien grande 100% carne de pavo, por ejemplo, y al leer la lista de ingredientes (ya sabemos que si la tiene, no es un producto fresco ni natural), resulta que pone 85% pavo y el resto son agua, sal, especias, aditivos varios… ¿Cómo es posible? Pues es un “truco” que hacen con todas las de la ley: ante eso debes leer tiene un 85% de pavo, pero  toda la carne que tiene (el 100% de ese 85%) es de pavo, no de otras procedencias.
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Y desconfía también de lo que no dicen...
A veces la clave está en la palabra que falta. Todo en el envase finge ser lo que tú crees que es, pero en realidad no lo dice en ningún sitio:  rallado o lonchas que no dice queso, picada que no dice carne. Esas palabras que faltan en la etiqueta no se omiten sin querer, o por azar, o porque quieran acortar la denominación, sino porque, con la normativa en la mano, lo que nos están tratando de vender no será queso, sino un preparado lácteo,  ni será carne picada sino un preparado de carne.
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​Estáte atento y fíjate en lo que dicen y en lo que callan: esas palabras que faltan deberían hacerte mirar con más cuidado la letra pequeña y la lista de ingredientes.

​En COMEwithME te enseñamos a comparar. Te acompañamos al supermercado para que aprendas todo lo necesario para hacer una buena compra y que no te engañen. Cristina Costado, nuestra nutricionista, te enseñará todos los secretos. Pide más información sin compromiso.
Leer más sobre el taller de etiquetado nutricional

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¿Qué  es  el  estrés  y  cómo  influye  en  la  alimentación?

7/17/2017

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El estrés es la respuesta automática y natural ante las situaciones que nos resultan amenazadoras. Nuestra vida en constante cambio nos exige adaptaciones. Por tanto, ya habréis oído que cierta cantidad de estrés es necesaria para mantenernos activos y adaptables al cambio.

Sin embargo cuando nuestra respuesta de estrés se prolonga con el tiempo, nuestra salud, nuestro desempeño profesional, incluso nuestras relaciones, se pueden ver afectadas.

¿En qué ámbitos puede afectarnos el estrés?
  • Familiar
  • Laboral
  • Social
  • Nutricional.

La nutrición afecta a cómo la persona puede enfrentarse ante las exigencias físicas o mentales en las situaciones de estrés. De esta manera la mala alimentación estresa al cuerpo y a la mente perjudicando a la persona que se encuentra en ese estado. Así el estrés puede causar un aumento en las necesidades que requiere el cuerpo de nutrientes, vitaminas y minerales.

También se pueden dar 2 situaciones. Una es la sobrealimentación y otra es dejar de comer:
  • En el primer caso la persona que se encuentra bajo periodo de estrés lo compensa con atracones de comida,
  • en el otro hay quien deja de comer por el mismo estrés lo que produce un mayor malestar psicológico, físico y que dará como resultado que el organismo se encuentre colapsado causando problemas.

¿Qué podemos hacer para disminuir nuestro estrés en el día a día?
  1. Aprender a decir NO. No te llenes de responsabilidades adicionales que no te competen y te van a generar dosis extras de estrés.
  2. Toma el control de tu entorno. Si el telediario de la noche te pone ansioso, apaga la tv, o si los atascos de de coches dela mañana te desespera, intenta coger una ruta aunque sea más larga, pero menos transitada.
  3. Administra el tiempo mejor. Una mala administración del tiempo puede causar mucho estrés. Cuando se tiene prisa es difícil mantener la calma y estar centrado, pero si e planifica con anterioridad el día, podrás mantener tus niveles de estrés mucho mas bajos.
  4. Toma perspectiva de la situación estresante. Preguntarte lo importante que será esta situación a largo plazo. ¿importará dentro de un mes? un año? vale la pena enfadarse de nuevo? si la respuesta es no, enfoca tu tiempo y tu energía hacia otros lugares.
  5. Dedica tiempo a relajarte, incluye descanso y relajación a tu rutina diaria. Es el momento de tomar un descanso de todas las responsabilidades y recargar pilas.
  6. Come una dieta saludable. Los cuerpos bien alimentados están mejor preparados para lidiar con el estrés, así que comienza a ser consciente de lo que comes.

¿Está relacionado el estrés con lo que como en mi vida? ¿Que cosas puedo empezar a modificar hoy para rebajar los niveles de estrés?.

El apoyo de un coach puede ayudarte a establecer objetivos personales o laborales de tu vida, entre los que puede estar gestionar mejor tus niveles de estrés, aceptando tus limitaciones y potenciando tus habilidades.

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¿Qué fue lo que te hizo engordar?

7/10/2017

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Lo que te hizo engordar fue el síndrome del abandono.

Quiero hablarte a ti, y decirte que no te ha hecho engordar una alimentación poco sana ni la falta de ejercicio.

Lo que te hizo engordar fue el miedo, el sentimiento de abandono, la falta de amor, la desvalorización, la desprotección. Todo esto lo expresaste en impulsos inconscientes, y ellos se manifestaron como hábitos de alimentación poco saludables.

Ten en cuenta que la finalidad de las experiencias dolorosas no es perdurar, sino enseñarnos su lección y luego disolverse. Sin embargo como tu sistema de drenaje emocional está averiado, has tratado inconscientemente, de deshacerte de esos pensamientos y sentimientos por medio de la digestión, diciendo:
"si no puedo procesar mi tristeza, quizá me la pueda comer", " si no puedo procesar mi ira, quizá sea capaz de engullirla y hacerla desaparecer".

Ese exceso de peso desaparecerá cuando ese niño interior que aún vive en el cuerpo del adulto, creciendo a través de la grasa, para ser reconocido y protegido por el adulto y se dé cuenta que el miedo pertenece al pasado y que ahora está a salvo. Ese niño dejará de crecer en forma de grasa corporal.

Quiero que sepas que la grasa es una expresión física de tu necesidad de poner distancia con los demás, esta grasa ha sido un muro para protegerte, una barrera que tú mismo has creado.

Te propongo que derribes los ladrillos de ese muro de grasa, para así darle paz y libertad emocional a tu niño interior...estos ladrillos ya no te sirven, esos ladrillos que tienes nombre y se llaman: vergüenza, rabia, miedo, rencor, injusticia, protección, separación, agotamiento, estrés, complejo de inferioridad. La grasa que te quitas de encima había penetrado en tu inconsciente antes de acumularse en tu cuerpo y cuando el peso desaparezca de tu mente, abandonará también tu cuerpo.
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Mi hijo come fatal ¿qué hago?

7/3/2017

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Si estas desesperada porque tu hijo come fatal o quieres saber algunas pinceladas para enseñarles a comer, desde COmewithME os damos algunas ideas:

1. Lo primero que os tenéis que preguntar es si vosotros coméis bien. Si a ti te repugna la verdura, no esperes que tu hijo se la coma. Si cada vez que terminas de comer te comes un helado, no le digas al nene que no lo haga, porque no lo va a entender. Así que...¿tú comes bien?

2. Si ya los papis coméis bien, el segundo punto es eliminar todo lo posible la comida basura que ronda por casa. ¿Por qué? Pues para que no altere los umbrales de sabor del niño. Una galleta Oreo está más sabrosa que un kiwi y si comen comida basura, a la larga rechazarán la comida sana, es algo innato.

3. No ofrezcas, al menos en casa, alternativas de comida basura. Es decir, dar comida sana y NUNCA una alternativa de comida basura. Si el niño percibe que al negarse a una comida sana, obtiene la basura ya la hemos liado, ya te puedes olvidar de que elija la opción saludable, la basura gana siempre.

4. Hacer la comida sana agradable. Vamos a ver, si pretendes cambiar unas salchichas por un brócoli al vapor sin aceite ni sal lo llevas claro. No podemos pasar de sabores orgásmicos a comida sana insípida. ERROR. Habla con el nene y ofrécele distintos tipos de cocinado y combinaciones sabrosas de comida sana y que él decida.

5. PACIENCIA. Quizás no basten 2-3 veces, quizás sean 100, y si al final no le gusta algún alimento sano no pasa nada, a todo el mundo hay algunas cosillas que no le agradan. Pero aquí entra mucho en juego el punto 3. Si por desidia vuelves a dar comida basura, caerás en un gran error.

6. No obligarle nunca a comer. Cada uno de nosotros necesita un aporte calórico distinto. Los padres, sobre todo las madres, suelen vivir la inapetencia como un agravio personal. Otras consideran un deber atiborrar a su hijo.La culpabilidad y la frustración las invade por no saber cumplir como lo hicieron con ella. La hora de la comida es un calvario  y acaban dándole comida basura. Vuelve al punto 5.

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El lunes empiezo...(la gran mentira que nunca se cumple)

6/26/2017

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“El lunes empiezo la dieta”. ¿cuántas veces te lo has repetido?

Sabes que hay algo que no estás haciendo bien y que deberías cambiarlo, pero en el fondo no quieres renunciar a nada para lograrlo…. así que lo pospones, lo dejas para el lunes… ¿Y por qué? Porque los fines de semana están para disfrutar! – pero la verdad es que de forma inconsciente te estás dando tiempo para seguir con ese “mal” hábito durante unos días más, y sin sentirte culpable, porque ya has decidido que vas a cambiarlo.
De hecho te vas a dar un buen homenaje (y sin darte cuenta coger dos kilos más de propina) porque te lo mereces, al fin y al cabo el lunes se acaba el mundo.

Pero llega el lunes y no te encuentras con ánimo, estás cansado, tienes mucho trabajo, ya no tienes tanta motivación como el día que decidiste hacerlo… será mejor dejarlo para otro momento…y así va pasando el tiempo y sigues igual.

En esta fase puedes estar eternamente. Se le llama Fase de Contemplación donde reconoces que tienes un problema pero te quedas sin hacer nada. Te mantienes ahí, librando una batalla interna entre la parte de tu yo, que te dice que debes poner fin a esa situación, y la parte que intenta convencerte de que tampoco estás tan mal.
En realidad sabes que lo que estás viviendo ahora mismo no te hace tan feliz. Si no te sientes totalmente seguro de querer hacer algo pueden pasar dos cosas, o no lo intentas, o lo haces, pero no aguantas el tiempo suficiente.

Empiezas a darte excusas a ti mismo, como que ahora no es un buen momento, o que tienes demasiado trabajo y mucho estrés, que no tienes fuerza de voluntad… Lo que estás haciendo es darle poder a la excusa. Anulas tu voluntad, como si tú no pudieras elegir.
​

Cuando alguien realmente quiere un cambio busca un cómo, cuando no lo quiere busca una excusa.

Es evidente que cambiar tu alimentación ahora puede parecerte imposible, pero no lo es.
No dejes que la excusa mande sobre ti. Plántale cara, y si no te sientes con fuerza busca ayuda. En el método COMEwithME podemos ayudarte a trazar un plan:
  • Analizando las “excusas” que te impiden cambiar eso que tanto te disgusta.
  • Buscando el motivo real por el que te estás planteando hacer ese cambio  (será la motivación que necesites para lograrlo).
  • Planteando pequeñas metas para que paso a paso llegues a tu objetivo (Roma no se construyó en un día).

Piensa en las consecuencias de no hacer nada, qué puede ocurrir si continúas igual que estás ahora. ¿No estás cansado de esta situación? Entonces empieza, pero no esperes al lunes, EMPIEZA HOY.
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¿Qué es una alimentación alcalina?

6/4/2017

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Una dieta saludable, en la que abundan más alimentos alcalinizantes que acidificantes (no tienen por qué ser ácidos de sabor sino de ph). El ph se mide del 0 al 14, siendo 0 el más ácido y 14 el más alcalino. Nuestro organismo, necesita estar en un valor alcalino para seguir saludable.

La constante acidificación en nuestro organismo hace que órganos del tejido conjuntivo tengan que constantemente guardarlos e intentar eliminarlos, y ésta sobrecarga puede desencadenar en problemas de articulaciones, alergias, problemas respiratorios, nerviosos y de hígado o riñón.

Por otro lado, el ph es clave para el correcto funcionamiento de nuestro proceso digestivo. Las enzimas necesitan un terreno alcalino para funcionar correctamente, y poder así actuar sobre azúcares y grasas.

¿Cómo conseguir una alimentación alcalina?

Reduciendo aquellos factores que acidifican nuestro organismo: el estrés contínuo, la sobrecarga de metales pesados, el continuo uso de alimentos de origen animal, lácteos, harinas blancas, azúcar, café y té negro, alcohol, salsas precocinadas, y fritos.

Cuando consumimos un alimento demasiado acidificante, nuestro cuerpo, para compensar el ph, extrae minerales de propias reservas (depositadas en huesos, dientes, articulaciones, uñas y cabellos) para equilibrarlo, y de ésta forma, es cuando nos desmineralizamos poco a poco sin darnos cuenta. Es por ello que mucha gente tiene déficits de minerales cuando se supone que por ejemplo, sigue una dieta rica en calcio y magnesio.
​
La otra forma de equilibrar nuestro ph y seguir una alimentación alcalina es ir aumentando el consumo de alimentos alcalinos ricos en minerales:
  • Verduras de hoja verde: hojas de remolacha, hojas de mostaza, espinacas, berros, canónigos, endivia, escarola, rúcula, diente de león, cilantro, perejil
  • Crucíferas: brócoli, col, coliflor, col rizada, colinabo
  • Apio, zanahoria, ajo, espárragos, calabacín, pepino
  • Algas: kombu, wakame, nori, agar-agar
  • Frutas más alcalinas y ricas en minerales: aguacate, frutos rojos, manzana, pomelo, limón
  • Fuentes de proteína más alcalinizantes: semillas (de lino, chia, calabaza, sésamo, girasol, cáñamo, grosella), almendras, lentejas
  • Cereales más alcalinos: trigo sarraceno, quinoa, espelta.

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    Autores:

    Beatriz de la Fuente
    Psicologa, coacher, personal shopper.

    Cristina Collado
    Nutricionista y dietista.


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