Metodo COMEwithME
  • Un método único
  • QUIÉNES SOMOS
  • QUÉ HACEMOS
  • SERVICIOS
    • Nutrición
    • Psico-coaching >
      • deshabituación tabáquica
      • Control de estrés
    • Deporte
    • Talleres >
      • Taller comer con conciencia
      • Taller Relajación
      • Taller etiquetado Nutricional
      • Taller Comida adictiva
      • Taller Publicidad
      • Taller Autoestima
      • Taller Asesoría Imagen
      • Taller cocina fácil
  • Más
    • Cursos y formación
    • Bodas
    • Empresas >
      • Conferencias, talleres y fomación
      • coaching nutricional in company
      • Campañas de sensibilización
    • Colegios
  • Precios
  • Blog
  • Contacto
  • Online

nuestro   Blog

¿Cómo  saber  si   estás  comiendo   demasiado?

7/31/2017

0 Comentarios

 
Imagen
Muchas de las personas que intentar bajar de peso no son conscientes de su consumo alimenticio ni de la desproporción entre las calorías que ingieren y lo que gastan de energía, por lo que adelgazar llega a resultar más que imposible.
Si no eres capaz de responder qué significa comer bien o no eres consciente de tus hábitos, aquí te compartimos algunas claves para saber si tu ingesta de alimentos está por encima de lo que debería.
De esta forma, planteamos diez cuestiones con el objetivo de que reconsideres hasta qué punto te alimentas de forma inadecuada.

1. ¿Piensas racionalmente cuando comes alimentos con excesiva grasa?
El autoengaño es uno de los primeros problemas que deben afrontar aquellas personas que no comen adecuadamente e ingieren cantidades innecesarias de alimentos ricos en grasas y carbohidratos. Por ejemplo, en muchas ocasiones, se siente el impulso de comer en cualquier restaurante de comida rápida debido al cansancio y el agotamiento que acompaña al fin de la jornada laboral. Resulta más placentero ingerir algo rápido y poco saludable que esperar a llegar a casa y cocinar algo sano.
La autojustificación es otro problema que favorece el mal hábito de comer alimentos ricos en grasas y carbohidratos, con argumentos tales como “por una vez no pasa nada”, o “sólo hoy, mañana ya empiezo a comer saludable”.

2. ¿Te olvidas de portarte bien?
En ocasiones, nos sentamos a la mesa con la mejor de las intenciones en lo que respecta a lo que vamos y no vamos a ingerir. Sin embargo, en el momento de ordenar o servirnos nosotros mismos los alimentos en el plato, todos esos buenos propósitos se quedan en nada: o nos servimos de más, o dejamos que nuestros ojos sean los que pidan por nosotros.

3. ¿Cuentas con refuerzo positivo suficiente?
Resulta imprescindible ser benévolo con uno mismo y felicitarnos de los logros que vamos alcanzando en lo que respecta a llevar una dieta sana y una vida saludable.

4. ¿Comes demasiado rápido?
El problema de ingerir a una velocidad excesivamente rápida los alimentos recae en que, en la mayoría de veces, no somos conscientes de todas las calorías que hemos ingerido en esa “carrera” que nosotros mismos nos imponemos a la hora de comer y hasta que quedamos satisfechos. Por otro lado, esta actitud provoca que tardemos más en llenarnos, por lo que el consumo de alimentos se ve incrementado.

5. ¿Tratas a la comida como un premio, incluso cuando no tienes hambre?
Los alimentos se convierten para muchas personas en una recompensa; en una forma de premiarnos, sin importar demasiado el motivo. De hecho, esta actitud se repite incluso cuando no sentimos hambre; lo adoptamos como un hábito.
Para evitar este tipo de actos, hay que encontrar otra forma de gratificación que nos cree tanto placer como los alimentos que solemos consumir para premiarnos.

6. ¿Sufres del síndrome de “terminar el plato”?
Si eres una de esas personas incapaz de dejar algo en el plato y, por convicción, te terminas todo lo que en él hayas servido, aún cuando ya estás satisfecho, es importante entender que este es uno de los hábitos más nocivos en el objetivo de llevar una alimentación sana y no comer de más. Par ano malgastar, ni tirar la comida, esta puede guardarse o congelarse para ser ingerida en la próxima comida.
​
7. ¿Mantienes alimentos tentadores en casa?
Conocer cuál es esa comida a la que, en ningún caso, podemos decir que no y siempre acaba tentándonos permite poner una solución fácil y efectiva al problema de los atracones: evitar comprarlo y almacenarlo en casa.

8. ¿Eres consciente de tus momentos del día débiles?
Existen momentos del día que nos hacen relajarnos más de la cuenta con la dieta y con el compromiso de comer sano y no permitir que los atracones nos superen. Siendo consciente de cuando es más fácil que nuestras fuerzas decaigan, nos permite estar más alerta e intentar modificar el comportamiento impulsivo de comer.

9. ¿Necesitas el apoyo de los demás?
Si es el caso, hacer participes a las personas queridas que nos rodean de cuál es nuestra situación con la comida y de nuestra intención de llevar un régimen alimenticio sano puede ayudar a obtener esa fuerza extra que necesitamos para comer lo que debemos.

10. ¿Olvidas el motivo por el que quieres perder peso?
Tener en mente el objetivo final de la pérdida de peso o el por qué queremos mantener una dieta saludable puede ayudarnos y motivarnos para alcanzar esa meta final día a día. Eso sí, no hay que desesperar si algún día se falla en el intento.
0 Comentarios

Las 10 peores excusas para no hacer deporte(y cómo superarlas)

7/24/2017

0 Comentarios

 
Imagen
Seguro que más de uno os sentis identificados con alguna de estas excusas. 

1. No tengo tiempo
La reina de las excusas: no hace falta pasarse horas en el gimnasio para ser más activo. Con tandas de 10 minutos, tres veces por día basta para romper con el sedentarismo. Recuerda que caminar es el ejercicio más simple y está al alcance de todos ( aunque en la pérdida de peso no es suficiente).

2. No me gusta hacer ejercicio
Moverse no implica necesariamente correr una maratón o pasarse días en el gimnasio levantando pesas. El ejercicio puede ser divertido: practica un deporte, baila, o convierte la actividad en un encuentro de amigos, cada semana.

3. Llego muy cansado
Piensa otra excusa: ¡moverse mejora el sueño y estimula la vitalidad!. Sí, aunque no lo creas, hacer ejercicio te hará sentir menos cansado, que si no te mueves.

4. La actividad física es para los jóvenes
Falso. La actividad es beneficiosa para todos. Cualquier persona puede mejorar su estado físico. Incluso personas de 90 años practican actividad física y obtienen sus beneficios.

5. Me duele la espalda, o la rodilla, o lo que sea
Si este es tu caso, la cuestión no debería ser si practicar o no ejercicios, sino qué actividades puede realizar. La bicicleta, por ejemplo, requiere menos esfuerzo en las articulaciones y músculos que trotar.
Consulta con un médico o profesional de actividad física para encontrar la mejor opción. No es cierto que “si no duele, los ejercicios no hacen efecto”. El dolor es un aviso del cuerpo para moderar o suspender la actividad.

6. Hacer ejercicio me da mucha hambre y no quiero engordar
Aunque en algunas personas la actividad física despierta el apetito, si comes con inteligencia, el saldo será beneficioso: las calorías gastadas con el ejercicio serán menores que las incorporadas con la comida. 

7. No tengo ropa/zapatillas/equipamiento
Hay actividades que no requieren de una gran inversión para ponerlas en práctica. No necesitas ropa que sea el útlimo grito de la moda ni el calzado más caro del mercado. Basta que sean cómodos y livianos.

8. Soy muy obeso y me da vergüenza moverme
Hacer ejercicio te ayudará a mejorar tu salud y bienestar, es algo de lo que deberías estar orgulloso. Si te cuesta hacer actividad física frente a otros, comienza a hacerlo en casa hasta ganar confianza, o pídele a un amigo que te acompañe. Su presencia hará la experiencia más agradable y con menos preocupaciones.

9. Cuando tenga un día libre, haré más actividad para compensar
De más está decir que muchas veces ese día libre no llega nunca, o cuando llega lo queremos aprovechar de otra manera. Pero más allá de eso, es importante hacer actividad física en forma regular y distribuida durante la semana. Practicar actividad física sólo uno o dos días a la semana en forma intensa o sin estar adecuadamente entrenado puede resultar contraproducente.
No es cierto que usar ropa gruesa o de nylon ayude a adelgazar porque aumenta la transpiración. Lo que se pierde de este modo es agua y no grasa, por lo tanto los kilos se recuperarán pronto.

10. Tengo un problema de salud
Si tienes un problema de salud, es importante que consultes con tu médico. Dependiendo del problema, hay muchas opciones para hacer ejercicio. El movimiento y la actividad física promueven la salud de los tejidos. Por ejemplo:
Tengo artritis y no puedo moverme. La actividad física bien dirigida e indicada para estos casos reduce el dolor y la necesidad de medicación. Es muy importante moverse si usted tiene artritis.
Tengo osteoporosis y tengo miedo de caerme. ¡Error! Moverse aumenta el equilibrio, la fuerza, la coordinación y la flexibilidad. Además fortalece los huesos.
Tengo diabetes. La actividad física forma parte del tratamiento de la diabetes. Aumenta la sensibilidad de las células a la insulina y bajan los niveles de azúcar en sangre. 

Ya lo sabes, hacer ejercicio es tu mejor opción!

0 Comentarios

Las  etiquetas  trampa: lo que lees y lo que realmente es.

7/18/2017

0 Comentarios

 
Imagen
Hay 10 términos confusos que a menudo se utilizan en etiquetas de alimentos. Te desvelamos los trucos más frecuentemente usados por fabricantes y comerciantes, palabras vacías cuya presencia (o incluso ausencia) evoca o sugiere una realidad que no es cierta.
No deberían serlo, pero lo son: las denominaciones de los productos son tramposas, juegan con las palabras, con los adjetivos, con las imágenes, en el nombre o en la descripción del alimento, usan términos que inducen a confusión o bien omiten intencionadamente palabras. El resultado es que el consumidor cree estar comprando y comiendo una cosa… y en realidad es otra diferente.​

Desconfía cuando dicen...
  • Natural. Con ese “apellido” nos hacen creer que el producto es mejor, pero no tiene por qué ser así. En realidad, el término natural solo puede atribuirse al agua mineral natural envasada (la que se obtiene directamente de manantial), al yogur natural (con fermentos e ingredientes lácteos y sin aromas), a los aromas naturales (aditivos de origen vegetal o animal) y a las conservas al natural. En los demás casos, es una exageración. Recientemente OCU ha denunciado productos que usaban ese término sin tener por qué hacerlo.
Imagen
  • Casero, artesano…Si lees esto en una etiqueta, piensas que ese producto ha sido elaborado como lo haría cualquiera en su casa, no de una manera “industrial”, pero basta echar un vistazo a la composición, además de saber un poco de los procesos de elaboración, para ver que no es así: ¿Quién usa gelificantes, colorantes o acidulantes para hacer un bizcocho? Te limitas a la harina, el huevo, azúcar, levadura y como mucho limón, ningún aditivo de los que empiezan por E-. También está denunciado.​
Imagen
  • Marinado. Piensas en una preparación sofisticada, pero en realidad los productos marinados lo que de verdad llevan es agua añadida, que aparece en el segundo lugar de la lista de ingredientes: descuenta el porcentaje de carne que te indica la etiqueta de un producto "marinado" y verás que lo que queda es agua con aditivos e ingredientes que ayudan a retenerla, además de algunos elementos como especias y aromas para dar sabor.
Imagen
  • Producto cárnico. Si pone eso en la etiqueta… lo que estás comprando no es carne, sino un producto que además de la carne puede llevar especias, agua, conservantes, colorantes y otros aditivos e ingredientes.​
Imagen
  • Preparado de ... Si lo que buscas es comprar pechuga de pollo, ¿no te parece raro acabar comprando algo que se llama preparado de carne de pollo? O si querías carne picada… ¿porqué comprar “Burger meat”? Las cosas deben llamarse por su nombre. Si no lo hacen, desconfía: lo más probable es que sea porque no son lo que parecen, son algo similar, pero no el producto fresco que buscas. ​
  • Elaborados. Este es un término frecuente en productos pesqueros que se venden frescos, y denota que normalmente lleva agua añadida y algunos aditivos que facilitan que se aclare el color, y se ablande. Recurrir a esto es algo muy habitual, por ejemplo, en pota en anillas, elaborado tipo anillas de calamar.​
  • Extrajugoso o jugoso. ¿Te parece que es un calificativo positivo? No cuando se trata de alimentos preparados: en realidad se suele usar para denominar a un producto (fiambres o jamón normalmente) de una calidad inferior, con menos carne y más agua, de ahí que sea más jugoso.​
Imagen
  • Sabor a… La etiqueta de ese yogur, ese postre, ese dulce con “sabor a” lo que está diciendo es que el producto, de ese alimento, no tiene nada más que el sabor:
    • leche sabor a vainilla sin gota de vainilla, pero con aroma de vainillina, 
    • el yogur sabor a fresa, con aroma y sabor a fresa, sin ni siquiera un 1% de fruta.
Imagen
  • Néctar. Esta palabra suena a algo exquisito, selecto… pero en realidad es un zumo diluido con agua, al que se añaden azúcar o edulcorantes y aromas para compensar el sabor que piede al diluirse. Si vas a comprar zumo natural, asegúrate de que lo haces, y no escoges néctar o zumo a base de concentrado.

  • 100% carne de… El truco del porcentaje: en el envase pone bien grande 100% carne de pavo, por ejemplo, y al leer la lista de ingredientes (ya sabemos que si la tiene, no es un producto fresco ni natural), resulta que pone 85% pavo y el resto son agua, sal, especias, aditivos varios… ¿Cómo es posible? Pues es un “truco” que hacen con todas las de la ley: ante eso debes leer tiene un 85% de pavo, pero  toda la carne que tiene (el 100% de ese 85%) es de pavo, no de otras procedencias.
​​

Y desconfía también de lo que no dicen...
A veces la clave está en la palabra que falta. Todo en el envase finge ser lo que tú crees que es, pero en realidad no lo dice en ningún sitio:  rallado o lonchas que no dice queso, picada que no dice carne. Esas palabras que faltan en la etiqueta no se omiten sin querer, o por azar, o porque quieran acortar la denominación, sino porque, con la normativa en la mano, lo que nos están tratando de vender no será queso, sino un preparado lácteo,  ni será carne picada sino un preparado de carne.
Imagen
​Estáte atento y fíjate en lo que dicen y en lo que callan: esas palabras que faltan deberían hacerte mirar con más cuidado la letra pequeña y la lista de ingredientes.

​En COMEwithME te enseñamos a comparar. Te acompañamos al supermercado para que aprendas todo lo necesario para hacer una buena compra y que no te engañen. Cristina Costado, nuestra nutricionista, te enseñará todos los secretos. Pide más información sin compromiso.
Leer más sobre el taller de etiquetado nutricional

    Información   taller   de  etiquetado   nutricional

Enviar
0 Comentarios

¿Qué  es  el  estrés  y  cómo  influye  en  la  alimentación?

7/17/2017

0 Comentarios

 
Imagen

El estrés es la respuesta automática y natural ante las situaciones que nos resultan amenazadoras. Nuestra vida en constante cambio nos exige adaptaciones. Por tanto, ya habréis oído que cierta cantidad de estrés es necesaria para mantenernos activos y adaptables al cambio.

Sin embargo cuando nuestra respuesta de estrés se prolonga con el tiempo, nuestra salud, nuestro desempeño profesional, incluso nuestras relaciones, se pueden ver afectadas.

¿En qué ámbitos puede afectarnos el estrés?
  • Familiar
  • Laboral
  • Social
  • Nutricional.

La nutrición afecta a cómo la persona puede enfrentarse ante las exigencias físicas o mentales en las situaciones de estrés. De esta manera la mala alimentación estresa al cuerpo y a la mente perjudicando a la persona que se encuentra en ese estado. Así el estrés puede causar un aumento en las necesidades que requiere el cuerpo de nutrientes, vitaminas y minerales.

También se pueden dar 2 situaciones. Una es la sobrealimentación y otra es dejar de comer:
  • En el primer caso la persona que se encuentra bajo periodo de estrés lo compensa con atracones de comida,
  • en el otro hay quien deja de comer por el mismo estrés lo que produce un mayor malestar psicológico, físico y que dará como resultado que el organismo se encuentre colapsado causando problemas.

¿Qué podemos hacer para disminuir nuestro estrés en el día a día?
  1. Aprender a decir NO. No te llenes de responsabilidades adicionales que no te competen y te van a generar dosis extras de estrés.
  2. Toma el control de tu entorno. Si el telediario de la noche te pone ansioso, apaga la tv, o si los atascos de de coches dela mañana te desespera, intenta coger una ruta aunque sea más larga, pero menos transitada.
  3. Administra el tiempo mejor. Una mala administración del tiempo puede causar mucho estrés. Cuando se tiene prisa es difícil mantener la calma y estar centrado, pero si e planifica con anterioridad el día, podrás mantener tus niveles de estrés mucho mas bajos.
  4. Toma perspectiva de la situación estresante. Preguntarte lo importante que será esta situación a largo plazo. ¿importará dentro de un mes? un año? vale la pena enfadarse de nuevo? si la respuesta es no, enfoca tu tiempo y tu energía hacia otros lugares.
  5. Dedica tiempo a relajarte, incluye descanso y relajación a tu rutina diaria. Es el momento de tomar un descanso de todas las responsabilidades y recargar pilas.
  6. Come una dieta saludable. Los cuerpos bien alimentados están mejor preparados para lidiar con el estrés, así que comienza a ser consciente de lo que comes.

¿Está relacionado el estrés con lo que como en mi vida? ¿Que cosas puedo empezar a modificar hoy para rebajar los niveles de estrés?.

El apoyo de un coach puede ayudarte a establecer objetivos personales o laborales de tu vida, entre los que puede estar gestionar mejor tus niveles de estrés, aceptando tus limitaciones y potenciando tus habilidades.

0 Comentarios

¿Qué fue lo que te hizo engordar?

7/10/2017

0 Comentarios

 
Imagen
Lo que te hizo engordar fue el síndrome del abandono.

Quiero hablarte a ti, y decirte que no te ha hecho engordar una alimentación poco sana ni la falta de ejercicio.

Lo que te hizo engordar fue el miedo, el sentimiento de abandono, la falta de amor, la desvalorización, la desprotección. Todo esto lo expresaste en impulsos inconscientes, y ellos se manifestaron como hábitos de alimentación poco saludables.

Ten en cuenta que la finalidad de las experiencias dolorosas no es perdurar, sino enseñarnos su lección y luego disolverse. Sin embargo como tu sistema de drenaje emocional está averiado, has tratado inconscientemente, de deshacerte de esos pensamientos y sentimientos por medio de la digestión, diciendo:
"si no puedo procesar mi tristeza, quizá me la pueda comer", " si no puedo procesar mi ira, quizá sea capaz de engullirla y hacerla desaparecer".

Ese exceso de peso desaparecerá cuando ese niño interior que aún vive en el cuerpo del adulto, creciendo a través de la grasa, para ser reconocido y protegido por el adulto y se dé cuenta que el miedo pertenece al pasado y que ahora está a salvo. Ese niño dejará de crecer en forma de grasa corporal.

Quiero que sepas que la grasa es una expresión física de tu necesidad de poner distancia con los demás, esta grasa ha sido un muro para protegerte, una barrera que tú mismo has creado.

Te propongo que derribes los ladrillos de ese muro de grasa, para así darle paz y libertad emocional a tu niño interior...estos ladrillos ya no te sirven, esos ladrillos que tienes nombre y se llaman: vergüenza, rabia, miedo, rencor, injusticia, protección, separación, agotamiento, estrés, complejo de inferioridad. La grasa que te quitas de encima había penetrado en tu inconsciente antes de acumularse en tu cuerpo y cuando el peso desaparezca de tu mente, abandonará también tu cuerpo.
0 Comentarios

Mi hijo come fatal ¿qué hago?

7/3/2017

0 Comentarios

 
Imagen
Si estas desesperada porque tu hijo come fatal o quieres saber algunas pinceladas para enseñarles a comer, desde COmewithME os damos algunas ideas:

1. Lo primero que os tenéis que preguntar es si vosotros coméis bien. Si a ti te repugna la verdura, no esperes que tu hijo se la coma. Si cada vez que terminas de comer te comes un helado, no le digas al nene que no lo haga, porque no lo va a entender. Así que...¿tú comes bien?

2. Si ya los papis coméis bien, el segundo punto es eliminar todo lo posible la comida basura que ronda por casa. ¿Por qué? Pues para que no altere los umbrales de sabor del niño. Una galleta Oreo está más sabrosa que un kiwi y si comen comida basura, a la larga rechazarán la comida sana, es algo innato.

3. No ofrezcas, al menos en casa, alternativas de comida basura. Es decir, dar comida sana y NUNCA una alternativa de comida basura. Si el niño percibe que al negarse a una comida sana, obtiene la basura ya la hemos liado, ya te puedes olvidar de que elija la opción saludable, la basura gana siempre.

4. Hacer la comida sana agradable. Vamos a ver, si pretendes cambiar unas salchichas por un brócoli al vapor sin aceite ni sal lo llevas claro. No podemos pasar de sabores orgásmicos a comida sana insípida. ERROR. Habla con el nene y ofrécele distintos tipos de cocinado y combinaciones sabrosas de comida sana y que él decida.

5. PACIENCIA. Quizás no basten 2-3 veces, quizás sean 100, y si al final no le gusta algún alimento sano no pasa nada, a todo el mundo hay algunas cosillas que no le agradan. Pero aquí entra mucho en juego el punto 3. Si por desidia vuelves a dar comida basura, caerás en un gran error.

6. No obligarle nunca a comer. Cada uno de nosotros necesita un aporte calórico distinto. Los padres, sobre todo las madres, suelen vivir la inapetencia como un agravio personal. Otras consideran un deber atiborrar a su hijo.La culpabilidad y la frustración las invade por no saber cumplir como lo hicieron con ella. La hora de la comida es un calvario  y acaban dándole comida basura. Vuelve al punto 5.

0 Comentarios
    Imagen


    Autores:

    Beatriz de la Fuente
    Psicologa, coacher, personal shopper.

    Cristina Collado
    Nutricionista y dietista.


    Suscríbete al boletín informativo

    Archivos

    Enero 2018
    Agosto 2017
    Julio 2017
    Junio 2017
    Mayo 2017
    Abril 2017
    Marzo 2017
    Febrero 2017
    Enero 2017
    Diciembre 2016
    Noviembre 2016
    Octubre 2016
    Septiembre 2016
    Agosto 2016
    Julio 2016
    Junio 2016
    Mayo 2016
    Abril 2016
    Marzo 2016
    Febrero 2016
    Enero 2016
    Diciembre 2015
    Octubre 2015
    Septiembre 2015
    Agosto 2015
    Julio 2015
    Junio 2015
    Mayo 2015
    Abril 2015

    Para descargar:

    Todos
    Deporte
    Nutricion
    Psicología

    Test adicción comida
    File Size: 42 kb
    File Type: pdf
    Descargar archivo

    Derechos Asertivos
    File Size: 75 kb
    File Type: pdf
    Descargar archivo

    Respira Diafragmatica
    File Size: 86 kb
    File Type: pdf
    Descargar archivo

    Frutas y verduras de temporada
    File Size: 170 kb
    File Type: jpg
    Descargar archivo

    hoja de registro alimentario y emocional
    File Size: 293 kb
    File Type: png
    Descargar archivo

¿Necesitas   nuestra   ayuda?

Horario

12.00 - 21.00
​(cita previa)

tELÉFONO

 915 456 624
​649 526 110 (whatsapp)

Email

info@metodocomewithme.es

© 2017 copyright www.metodocomewithme.es  / Pérdida de peso
  • Un método único
  • QUIÉNES SOMOS
  • QUÉ HACEMOS
  • SERVICIOS
    • Nutrición
    • Psico-coaching >
      • deshabituación tabáquica
      • Control de estrés
    • Deporte
    • Talleres >
      • Taller comer con conciencia
      • Taller Relajación
      • Taller etiquetado Nutricional
      • Taller Comida adictiva
      • Taller Publicidad
      • Taller Autoestima
      • Taller Asesoría Imagen
      • Taller cocina fácil
  • Más
    • Cursos y formación
    • Bodas
    • Empresas >
      • Conferencias, talleres y fomación
      • coaching nutricional in company
      • Campañas de sensibilización
    • Colegios
  • Precios
  • Blog
  • Contacto
  • Online